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miércoles, 16 de febrero de 2011

JUGAR A GANAR O JUGAR A NO PERDER



Ayer durante una sesión de coaching surgió un tema interesante.

Mi cliente se encontraba en un dilema, si trata de alcanzar algo que desea con locura quizás no sólo no lo consiga, si no que además podría alejarse de su objetivo. Consideraba que tan sólo tenía una oportunidad para intentar tener éxito.

 ¿Te has visto alguna vez en una situación parecida? Le pongo algunos ejemplos:
  • Si me presento a la última convocatoria del examen y lo consigo termino la carrera, si no apruebo me quedo sin título universitario.
  • Si le digo a mi jefe que aspiro a un mejor puesto quizás lo logre o quizás me vea como un “trepa” y empeore mi situación laboral.
  • Si le digo a mi mejor amigo que quiero algo más que amistad, una relación de pareja,  quizás lo pierda como a migo.
  • Si hago mi mejor oferta a este cliente y no la acepta  lo pierdo como cliente.
  • Etc…etc… etc…

El deseo a veces, es casi tan grande como el miedo a no lograrlo lo que queremos.

Desde el coaching hay varias maneras de afrontar estos dilemas y cada caso requiere una intervención. Pero hoy, quiero rescatar una reflexión personal para esta situación.

Algunas personas, ante el miedo a fracasar jugamos a no perder, intentamos no arriesgar, esta reacción es normal, incluso muchas veces es correcta, pero otras muchas veces el jugar a no perder equivale a perder de otra manera.

¿Qué pierdo por no intentar ir a por lo que deseo? ¿Cuánto pierdo por intentarlo con  poca energía? ¿no es mejor jugar a ganar? Y cuando digo ganar me refiero a la posibilidad de lograr lo que quiero a o la posibilidad de quedarme como estoy, ganando así estabilidad, confort, o lo que sea.

Te propongo que intentes dar una zancada muy muy muy despacio, intenta no perder el equilibrio, ¿puedes dar ese paso sin tener ni un momento de inestabilidad? No, no puedes.

Pienso que podemos quedarnos donde estamos convencidos, o tratar dar esa zancada con energía y convicción ,lo que nos hace sufrir es quedarnos en la inestabilidad dándole vueltas a la cabeza y alimentando el miedo.  

Yo te propongo que te atrevas a ir a por lo que quieres con convicción. Vete a por todas!!!!  así al menos podrás decir que lo has intentado y además es más probable que logres lo que deseas. 

Un abrazo


2 comentarios:

  1. Hola Manu:
    Para entender un poco esto, hay un libro que lo explica muy bien "Las trampas del deseo" capít. 8 Mantener las puertas abiertas: Por qué las opciones nos distraen de nuestro principal objetivo. Situación: un burro hambriento en un granero entre dos fardos de heno (el viejo y el nuevo), como no sabe por cual decidirse, se muere de hambre ¿? Lo que hemos de evaluar son las consecuencias de no decidirse ¿Qué pasa si te quedas donde estás? ¿Qué pasa si decides avanzar? Hagas lo que hagas estará bien, siempre que no pierdes tus valores por el camino: en el caso del burro alimentarse.
    Un abrazo

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  2. Muy interesante, apunto el libro para leerlo.

    Gracias por la aportación.

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